Siéntate y escribe mi historia vivida,
que yo pueda contarla y leer,
dice el viento en su silbido,
y bajo el roble me siento, a ver qué puedo hacer.
En mi ensueño, vago por el campo,
saboreando, cómo vuelve a fluir,
hasta el sol con sus tibios rayos,
participa, al quererlo todo...