Elegancia.
No hay proeza mayor para un poeta,
que de un aura de oscura nebulosa,
se desprenda de luz , una faceta
y obnubile el horror de tal mucosa.
Muere el bardo en su pluma, tras la meta
si es preciso, en el troque de una hermosa
damisela, que al alma solo aquieta,
y le llaman Poesía...