Margui, me recordaste a mis hijos, ambos me contradicen en cuanto digo, todo lo hago mal, gritan me enervan y no le conviene a mi salud, creo que el error es mío soy la perjudicada y aunque es muy difícil estar callada, yo se que el perro que vi es blanco, ya me entiendes. Doy fuertes palmadas...