Jamás podría soñar
que vinieras a mi vida,
cómo llegarlo a pensar
si voy buscando salida.
Eres naciente capullo
que apenas abre sus ojos,
yo en tanto, rancio rebullo
de quebrantados despojos.
Reluce en tu piel la vida,
en la mía, fría muerte,
eres tú, corriente fluida,
y yo, lodazal...